May
La religión como tapujo de deberes humanos
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Lo religioso es estar en su sitio como humanos y comportarse como tales. El animal por inteligente que parezca no tiene religión; sus comportamientos nunca son religiosos. ¡Esa es la diferencia! Nuestra vida es secular, mundana cien por cien. Y sin embargo es una forma de religión querida por Dios y por él bendecida. Es reconocer el valor divino de lo humano. Es vivir nuestra condición humana hasta el extremo y en el extremo de lo humano está su condición religiosa. Pero, eso sí, es vivir y cumplir todo lo que es humano y es humano ser solidario, ganarse el pan con el sudor de la frente, compartir alegrías y tristezas y estar dispuesto a arrimar el hombro cuando otros necesitan ayuda. Respetar la dignidad y derechos de los demás es tarea para rato. Piensa un poco: ¿cuántos conozco que respeten íntegramente los derechos de los demás?
Quien así obra no cabe duda que ha encontrado a Dios. Y me da lo mismo que sea en tal o cual religión o bajo la sigla de ateo, creyente o agnóstico. Quien, en cambio, abusa de los demás o no ayuda a llevar las cargas o desdeña salir en ayuda del necesitado, es un profundo irreligioso ya que no acepta la condición divina de toda persona ni venera a quien ha otorgado esa dignidad.
Todo lo que goza de vida es digno. Y lo que es digno humanamente es religioso. Y lo religioso es algo sustentado en lo humano y nunca un disfraz para ocultar lo humano.