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Sacar a Dios a la calle…
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Hace poco leía en una revista que presentaba su lema de vida pública religiosa como “sacar a Dios a la calle”. Respeto sus intenciones, que tampoco conozco en concreto, pero tengo la osadía de cambiarlo diciendo: “buscar a Dios en la calle” y no en propiedad sacarlo de lugares sagrados porque Dios ya está siempre en la calle. Me atrevo a pensar que eso es lo que pretenden muchas asociaciones que priman su carácter secular: Dios está en la calle, en los campos, en las montañas, entre las muchedumbres urbanitas y en los lugares más abyectos; allí donde hay un hálito de vida humana está el Dios de la vida y donde hay algo creado está el Creador.
Quien se tiene que mover buscando a Dios es la persona humana cuando se interroga por el sentido de su existencia, por el significado de libertad y por el valor que tiene lo que nos rodea. A Dios se le busca cuando se busca la razón del vivir, de esperar el futuro y del compartir con el prójimo sufrimientos, enfermedades, incapacidades, así como amor, alegrías o ratos de esparcimiento; en una palabra, se trata de dar sentido a todo lo que acontece a nuestro alrededor y de lo que en verdad nos pasa.
Es decir, buscar a Dios no es un divertimento o pasatiempo de birlibirloque, sino una tarea que nos resitúa en la vida cara a nuestros semejantes y cara a nuestro propio destino final.
El encuentro con Dios se da en la calle, en la vivienda o en lugar del trabajo, sobre el asfalto como sobre la tierra, al caerse del caballo o al subirnos a un medio de locomoción rápido… No hay nada determinado ni prefijado. Pero sí es cierto que cuando se realiza es lo más profundo nuestro y lo que más nos concierne. No es una aventurilla pasajera más, ni una anécdota que contar a nuestros contertulios en la barra; es más bien algo que nos altera profundamente. Que marca nuestra historia en la vida y que siempre abriría una página nueva de nuestro diario o un capítulo especial de nuestra biografía por escribir. Y sobre todo, que cambia nuestra manera de ver a los demás y nuestra manera de estar en el mundo como seres responsables.